Una parada veraniega: Puerto Banús
Antes de que los días vayan volviéndose más cortos y menos luminosos, me apetece contaros una de las paradas que hice este verano durante mis vacaciones. Si es que me está entrando una nostalgia de los días de sol…
Este año, el descansito tocó en Málaga: Marbella, Estepona y Puerto Banús, cada sitio especial y con su propia magia. Aunque, si os soy sincera, Puerto Banús (nunca antes había estado) me robó el corazón; un auténtico oasis donde todo parece estar hecho por y para la diversión.
Calles transitadas, turismo a tope y tiendas para querer comprártelo todo. Uno de los caprichitos que me permití fueron unos preciosos zapatos de Carla Venize de los que ya os hablaré en mi próximo post (prometido) y a los que, por cierto, les he dado bastante uso.
Un sitio de copas que me impresionó bastante por la belleza del lugar físico en sí y del entorno fue el Astral Cocktail Bar: un local-barco a pie de playa donde las vistas invitan a la conversación relajada y la distensión. ¡Ideal para hacer un poco de vida social! Mi recomendación: ir a la hora de la puesta del sol para tomar deliciosos cócteles mientras vemos cómo se despide el día.
¿Puerto Banús de día o de noche?; da lo mismo. Vayas cuando vayas, hay que disfrutarlo y vivir cada momento, respirar el ambiente, degustar su excelente oferta gastronómica, tomar el sol en sus playas (ya sabemos: ¡con la debida protección!) y sentir esos rayitos que dejan un bronceado perfecto para lucir tipito.
Yo soy de las que apuestan por elegir distintos destinos cada año para darse la oportunidad de vivir experiencias variadas y ampliar horizontes, pero seguramente el año que viene no me resistiré a la tentación e intentaré hacer otra visita para volver a reencontrarme con un lugar que creo que se ha ganado su buena fama a pulso.