Sevilla torera
En Sevilla, mi Giralda; en Sevilla, mi Puente de Triana, mi Torre del Oro, el Guadalquivir… y después está Nieves San Gregorio.
Esta diseñadora sevillana ha venido haciéndose un nombre en el mundo de la moda desde el año 2011. Unos años de recorrido profesional que han desembocado en la creación de su propia firma textil y complementos. Ella hace posible un tipo de artesanía creativa basada en la tradición, la elegancia y, ¿por qué no?, la innovación.
Cada una de sus creaciones son piezas únicas y exclusivas, que nacen con el sello propio de su estilo más el aporte de lo que cada cliente desea.
Es la posibilidad de decidir libremente aquello que deseamos lo que hace que nos identifiquemos con cada pieza, todas ellas elaboradas siguiendo diversas técnicas que se adaptan a las últimas tendencias. Así, son habituales sus propuestas de estilo hippie chic o vintage, entre otros.
Es una artesanía al alcance de todos, puesto que las colecciones de Nieves San Gregorio presentan unos precios extremadamente asequibles que no están reñidos con la alta calidad.
Mi identidad andaluza está muy marcada, de modo que de su taller ha salido una creación especialmente diseñada para mí, habiendo tenido en cuenta no solo mi fisonomía, sino también los rasgos de mi carácter. De ahí, su estilo, claro homenaje al traje de luces.
Un chalequillo que puedo definir como “pura artesanía” por su elaboración manual y la originalidad y exclusividad del diseño. Cada uno de sus chalequillos son piezas únicas concebidas para cada cliente, por eso, todos tienen su propia personalidad y no hay ninguno igual.
En cualquier caso, este tipo de prenda da mucho juego porque puede completar cualquier tipo de look, adornando y realzando la figura con elegancia.
De tendencia boho o hippie chic, este chalequillo es una pieza minuciosamente elaborada, en la que se mima y se cuida cada detalle. En su creación se han incluido piezas realizadas a mano en seda (denominadas “caireles”), aplicaciones de encaje, puntillas, antelina en color buganvilla, telas de algodón a modo de pachtwork y bonitas monedas metálicas.
El tipo de tejido empleado junto a los colores vintage hacen de ésta una prenda prácticamente atemporal y perfecta para cualquier época del año. Por eso, lo más seguro es que este precioso chalequillo se convierta en otra prenda fetiche en mi ropero.