Salud: Recomendaciones contra el sol
Recomendaciones contra los
efectos dañinos del sol
La exposición al sol es tan beneficiosa como necesaria para la vida humana, siempre que lo hagamos con responsabilidad, respetando los tiempos y tomando las debidas precauciones. De lo contrario, el riesgo de aparición de cáncer de piel aumentará considerablemente.
Entre los tipos de cáncer que se producen en España, los que afectan en la piel son algunos de los más frecuentes, y su aparición se relaciona con la exposición a la acción de los rayos solares durante períodos de tiempo prolongados y con exposicones intermitentes e intensas.
Mediante la exposición al sol se estimula la síntesis de vitamina D, se favorece la circulación sanguínea o se actúa en el tratamiento de algunas dermatosis, por ejemplo. No obstante, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) recuerdan que existe una relación causal demostrada entre la aparición de cáncer de piel y la exposición a las radiaciones solares.
Situación actual del cáncer de piel
El Dr. Manuel Merino, pediatra y miembro del grupo PREVINFAD, de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), apunta que “en las últimas décadas asistimos a un aumento del cáncer de piel en todo el mundo, que está afectando, sobre todo, a personas de piel clara, y que se deriva de la exposición excesiva al sol”.
A nivel europeo, el incremento de nuevos casos de melanomas alcanza al 8%, sin embargo, según los especialistas, si se detecta a tiempo, la supervivencia se sitúa entre el 90 y el 95%.
De ahí la importancia de proteger a los niños de la exposición solar excesiva, además de educarlos para que mantengan conductas eficaces de fotoprotección.
· Factores de riesgo endógenos:
– La predisposición familiar a los melanomas.
– Los estados patológicos que provocan inmunosupresión, ya sea de causa congénita como adquirida, facilitan la aparición de neoplasias de la piel. “Las personas con antecedentes familiares de cánceres de piel y los que tienen nevus cutáneos numerosos son más propensos a quemaduras”, explica el Dr. Merino.
Aunque las cremas solares son una ayuda para la fotoprotección, los pediatras de AP advierten que no deben ser la excusa para aumentar el tiempo de exposición al sol ni la forma de obtener un mayor bronceado. Por otro lado, el grupo PREVINFAD desaconseja “el uso de mecanismos artificiales de bronceado, como camas o lámparas de rayos UVA”.
Entre ellos englobamos:
1. Radiaciones solares, especialmente dañinas durante los primeros años de la vida.
2. Quemaduras solares en la infancia.
3. Radiaciones ultravioletas de fuentes artificiales.
4. Otros cancerígenos, como determinadas sustancias químicas (alquitrán) y otras contenidas en productos cosméticos.
Consejos y recomendaciones
Con el objetivo de prevenir las quemaduras solares, el Dr. Merino sugiere a los adultos las siguientes medidas de protección:
– Evitar la exposición excesiva al sol, especialmente en los niños.
– Evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día.
– Optar por sitios con sombra.
– Utilizar ropa que cubra la piel (tales como camisetas con mangas y pantalones de tipo bermudas, sombreros y gorros con ala, gafas de sol homologadas que tengan filtro ultravioleta UVA y UVB, etc.).
– Aplicar cremas protectoras con factor de protección 15 o superior en las zonas de piel que permanezcan descubiertas. Es importante tener en cuenta que la crema no debe constituir nunca la única medida de protección. Por otro lado, estas cremas solares deben ser resistentes al agua y proteger tanto de UVA como de UVB. Se deben aplicar antes de la exposición al sol y con una cierta periodicidad (cada dos-cuatro horas), según la hora del día, intensidad del sol, tipo de piel, número de baños de agua y teniendo en cuenta el efecto potenciador de las superficies reflectantes, como el agua o la arena.
– Las personas que tengan la piel clara y, además, con pecas o lunares abundantes, deberán extremar dichas precauciones.
– Según el tipo de piel que se tenga, se deberán intensificar o no las medidas generales de fotoprotección.
Protección de los ojos
Los ojos también pueden resultar afectados por los excesos de radiación solar.
La Dra. Carmen Gancedo, pediatra de AP de SEPEAP explica lo siguiente: “Una larga exposición puede contribuir a la aparición de afecciones de las capas que envuelven el ojo, de la córnea e incluso de la lente del cristalino”.
El sol es, además, uno de los factores que contribuyen a la aparición de la degeneración macular y a la formación de cataratas. Como apunta la Dra. Gancedo: “en la infancia, el cristalino no se encuentra plenamente desarrollado y no puede filtrar la luz UV por eso es importante que los niños utilicen gafas para proteger sus ojos de los rayos ultravioleta”.
Las gafas de sol deben garantizar la máxima protección de los ojos. En este sentido, el primer requisito consiste en comprobar que posean el sello CE, lo cual indica que cumple los requisitos de la normativa europea. Además, hay que tener en cuenta el tipo de filtro solar de las lentes y las características ópticas.
En función del grado de intensidad con el que filtran la luz visible, la Unión Europea clasifica los filtros de las gafas solares del 0 al 4.
– Filtro 0: Reducen hasta un 20% la luz visible y se recomiendan como gafas de confort.
– Filtro 1: Disminuye la luz del 20 al 57% y se aconseja su uso para pasear por la ciudad.
– Filtro 2: Reduce la luz del 57 al 82% y es aconsejable para realizar deportes en el campo.
– Filtro 3: Atenúa la luz solar del 82 al 92%. Son las más adecuadas para deportes o estancias en zonas de mucho sol.
– Filtro 4: Disminuyen la luz del 92 al 98% y su uso es recomendable para alta montaña y deportes acuáticos.