Estoy embarazada, ¿he de hacer ejercicio?
Seguro que en más de una ocasión te has planteado la posibilidad de tener un hijo. Sin embargo, es probable que tengas dudas sobre cómo puede ser el embarazo, los pequeños contratiempos que suelen ser inherentes a él y cómo puede afectar a tu salud. ¿Es conveniente hacer ejercicio o es mejor no estar tan activa? ¡No te preocupes más! Este mes te damos algunos consejos para hacer el embarazo más llevadero y saber aquello que te vendrá bien y lo que no tanto.
Posibles problemas durante el embarazo
La gestación es un período complejo en el que hay que tener mucho cuidado, ya que pueden aparecer problemas físicos y psicológicos de diversa índole. Pasar mucho tiempo de pie o la falta de ejercicio pueden constituir la causa principal de estos problemas. Detallamos algunos:
- Dolor de espalda (debido al mayor peso del abdomen).
- Varices y venas varicosas.
- Hemorroides.
- Tobillos hinchados.
- Calambres en brazos y piernas.
Antes de hacer cualquier tipo de ejercicio
Hoy en día, las mujeres embarazadas gozan, por lo general, de buena salud. Aún así, los médicos recomiendan hacer deporte durante el embarazo y el período posterior al parto.
Los ejercicios de gimnasia más recomendados para las mujeres embarazadas son: andar y nadar. Otro tipo de deportes, como el esquí, el ciclismo, la equitación o cualquier otro que suponga un riesgo y que pueda provocar caídas, deben evitarse en la medida de lo posible.
Sin embargo, antes de realizar cualquier tipo de ejercicio, debes consultar a tu médico de cabecera, ya que no todas las mujeres embarazadas deben hacer ejercicio, dependiendo del estado de salud en el que se encuentren.
Es muy importante tener en cuenta si ya realizabas deporte de forma habitual antes del embarazo. En caso de no haber realizado ejercicio anteriormente con regularidad, se aconseja participar en programas de preparación al parto, en lugar de realizar un ejercicio físico concreto al que no estés acostumbrada.
Si, por el contrario, ya estabas habituada a realizar una actividad física, lo más conveniente y adecuado sería realizar ejercicio durante una hora aproximadamente, tres días a la semana.
Luego, hay que decidir qué tipo de ejercicio quieres realizar o cuál es más aconsejable, debiendo evitar practicar cualquier deporte que pueda lastimarte el abdomen o provocarte alguna lesión (esquiar, ciclismo, montar a caballo, karate, Judo…).
Además, conviene hacer una planificación previa de las sesiones y la duración de las mismas atendiendo al aguante y capacidades físicas que tenga una misma. No conviene excederse, para no poner en peligro al feto.
Beneficios del ejercicio en la mujer embarazada
Hacer ejercicio durante el embarazo tiene aspectos positivos para la mujer, tanto físicos como psicológicos. Éstos son algunos de ellos:
- Ayuda a reducir la grasa que hay debajo de la piel. De este modo, se reduce el aumento de peso global durante los nueve meses de gestación, permaneciendo dentro de los parámetros habituales.
- Favorece el tono muscular y la movilidad en las articulaciones.
- Este hecho ayuda a disminuir el dolor que pueda surgir en la espalda y a mejorar la postura y la apariencia física.
- Mejora la circulación de la sangre, manteniendo así un buen tono cardiovascular y favoreciendo la tensión arterial.
- Ayuda a mantener la flexibilidad y a aumentar la energía.
- Ayuda a evitar la diabetes de gestación, un tipo de diabetes que a veces se desarrolla durante el embarazo. A las mujeres que han padecido esta enfermedad se les recomienda que practiquen regularmente algún tipo de deporte.
- Aumenta la autoestima y previene la depresión.
- Facilita el parto y mejora la recuperación física tras el mismo.
- Ayuda a conciliar el sueño y dormir mejor
- Evita el estreñimiento.
Cuándo no hacer ejercicio
Lo mejor, antes de hacer cualquier tipo de ejercicio, es consultar al médico. Sin embargo, se aconseja no practicar ningún tipo de deporte en los siguientes casos:
- Si existe riesgo de parto prematuro o de aborto.
- Padeces una enfermedad grave (de carácter cardiovascular, hipertensión…).
- Si sufres anemia.
- Si sientes mareos, dolores de cabeza, dolor en el pecho, vómitos.
- Hipo o hipertiriodismo.
- Cuando se produzca sangrado vaginal.
- Si, por ejemplo, se van a tener gemelos o trillizos.