Ángeles Ibirika
La autora de “Entre sueños”, “Antes y después de odiarte” y “Donde siempre es otoño”, regresa para volver a emocionarnos con una historia tremendamente humana desarrollada en la costa vizcaína. Un escenario excepcional donde dejar volar nuestra imaginación, guiada por el sendero mágico trazado por la pluma de Ángeles Ibirika.
- La reciente publicación de tu último libro, “Días de lluvia”, ya te está reportando gratas satisfacciones…
Así es. Y lo está haciendo desde los primeros días, porque siempre hay lectores que devoran los libros en veinticuatro horas. Aunque parezca un contrasentido, que ellos terminen en tan poco tiempo lo que yo he tardado todo un año en escribir, me sorprende y me halaga.
- ¿Cómo nace en tu mente la historia que cuentas en esta obra?
Comenzó como comienzan casi todas las historias; por un simple detalle al que después fui sacándole hebras hasta completar la madeja. En este caso fue que quería contar cómo las circunstancias obligan a un hombre a volver a un pasado que durante diecisiete años ha intentado dejar atrás, y cómo eso tan difícil de hacer se convierte en una segunda oportunidad para ser feliz, aunque él no esté preparado ni para verlo ni para aprovecharlo.
- No es la primera historia que enmarcas en los bonitos paisajes de tu tierra. ¿Crees que las raíces te delatan?
Me temo que sí (risas). De vez en cuando me pierdo por países lejanos, pero siempre vuelvo a la tierra con la siguiente novela. Creo que lo mejor de lo que podemos escribir es de aquello que conocemos, y a poder ser de lo que amamos u odiamos, porque solo así podremos impregnar las páginas de sentimiento, además de con letras. No quiero simplemente contar una historia, sino lograr que quienes la lean la vivan.
- A raíz del incendio producido el pasado 11 de abril en el casco antiguo de Bermeo has decidido donar los beneficios que generes con “Días de lluvia” a este pueblo, lo cual demuestra por tu parte una pronunciada conciencia social y generosidad ante los problemas sociales…
Creo que todos tenemos esa conciencia social y esa generosidad, pero no siempre está en nuestras manos ayudar como quisiéramos. En este caso surgió todo de una manera muy clara, con muchas coincidencias, como por ejemplo que la novela, cuya historia transcurre en Bermeo, saliera a la venta el día 9 y que dos días después estuviera presentándola a la prensa en ese precioso pueblo mientras su casco antiguo ardía. Así que, honradamente creo que lo realmente difícil para mí hubiera sido ignorarlo. Supone todo un año de trabajo, es cierto, pero un año de trabajo haciendo lo que me gusta.
- En tu anterior obra, “Donde siempre es otoño”, relatas una historia desarrollada durante una campaña electoral en Estados Unidos, lo cual implica un profundo conocimiento de otras costumbres, otro sistema político, etc. ¿Muchas horas de labor documental, o conociste de cerca el Nuevo Continente?
Lo conozco por unas simples vacaciones, lo que no es mucho, aunque me ayudó a situarme en los lugares y en las sensaciones que provocan. La documentación fue exhaustiva, sí, sobre todo en cuanto a política americana. Siempre supe que era diferente a la nuestra, y precisamente por ese motivo elegí los Estados Unidos en plena campaña electoral para contar esa historia. Pero no imaginaba que las diferencias serían tan enormes. Lo cierto es que aprendí y disfruté mucho con ello.
- Capítulo a capítulo, has logrado hacerte un hueco propio y exclusivo dentro de la literatura de nuestro país. ¿Cuál crees que ha sido la clave de tu éxito?
Tal vez el que no lo haya buscado. Desde la primera novela he sido muy fiel a mí misma, escribiendo siempre lo que deseaba sin pensar en si después gustaría o no. Con cada nueva historia me apetece contar algo muy distinto, y creo que eso que di por hecho que me perjudicaría es lo que los lectores me están agradeciendo.
- ¿En alguna ocasión te sorprendiste reflejada en alguno de tus personajes?
En muchas. No en cosas importantes, pero sí en detalles, en formas de pensar, de actuar, de discutir, de perdonar… Mis personajes tienen mucho de mí, aunque confieso que tomo conciencia de ello una vez que la novela está terminada y la leo para corregirla. Al primer descubrimiento me llevó mi hija, cuando tras leer mi novela “Entre sueños” me dijo que yo era Beatriz y mi hijo era Jon.
- Ya estás inmersa en la preparación de tu nuevo libro. No podemos dejarte escapar sin que nos adelantes algo…
Siempre he hablado mucho de mis nuevos proyectos, pero en esta ocasión, y por primera vez, estoy guardando el secreto. El motivo es tan simple como que esta novela va a ser totalmente diferente a las demás. Sí, ya sé que siempre lo son, pero ésta es especial por muchas razones. Creo que os sorprenderá, y espero que sea para bien.
Aunque, ahora que lo pienso, sí que hay una cosa que os puedo adelantar, y es que de nuevo viajaremos, yo al escribirla y los lectores al leerla, lejos, muy lejos de casa.
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