Belleza: Champú de Caballo
Champú de caballo,
¿me están vendiendo humo?
El denominado “champú de caballo” para personas se ha convertido en uno de los productos estrella en los últimos tiempos. Sus supuestos beneficios han sido temas candentes en muchos foros de Internet y su fama ha corrido como la pólvora, hasta el extremo de que ante su gran demanda, este producto se ha agotado en muchos puntos de venta solo en cuestión de horas. Pero, ¿hace justicia este producto a la fama que le precede, o no es oro todo lo que reluce?
¿Quién no ha oído hablar del famoso “Champú de Caballo” durante los últimos meses? Su presencia ha inundado centros comerciales, peluquerías, supermercados y tiendas de estética, exhibiéndose en los escaparates como la nueva revolución para el cuidado del pelo. Pero…
¿Qué aporta a mi pelo?
Se ha dicho que el uso del Champú de Caballo aporta a nuestro pelo vigor, fuerza y brillo, además de frenar la caída del cabello, por su contenido en biotina.
Sin embargo, la biotina no puede ser absorbida por la piel, lo cual impide que en estas condiciones esta vitamina tenga gran repercusión en la salud de nuestro cabello.
El Dr. José Carlos Moreno, Presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y Jefe de Dermatología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, expresa lo siguiente: “Los champús son unos cosméticos muy bien estudiados que sirven para lavar el cabello, pudiendo mejorar sus condiciones cosméticas. En algunas ocasiones pueden ser beneficiosos en el tratamiento de patologías de cuero cabelludo, pero en modo alguno tiene eficacia sobre la caída del cabello ni sobre su prevención”. Y añade: ‘Esta creencia es una consecuencia del «boca a boca». La biotina es una vitamina, del grupo B, que puede tener eficacia en algunos tipos de alopecia, pero ingerida, es decir que no se absorbe de forma tópica (aplicada sobre el cabello, en este caso). Todo este revuelo carece de rigor científico’.
De este modo, aunque el champú de caballo ha pasado a ser uno de los productos para el cabello más solicitados, sus beneficios extra son cuestionables, desde el punto de vista científico.
Aun así, según apunta el Dr. José Carlos Moreno, “algunas grandes superficies comercializan estos champús, algo magnífico para ganar dinero. Ésa es su misión… y si además la gente está contenta pues miel sobre hojuelas. Pero como todos los boom, al champú de caballo le pasará como al champán malo: mucha espuma al principio y luego se viene abajo».
Por lo tanto, comprar champú de caballo será una opción más, siempre teniendo en cuenta que no estamos ante un “producto milagroso”, sino ante un champú como muchos otros.
Asunto bien distinto es cuando una persona compra para uso propio un champú de caballos específico para estos animales (por ejemplo, en clínicas veterinarias, etc.), pues en este caso está adquiriendo un producto que, además de no aportar beneficios al ser humano, puede acarrearle problemas de diversa índole.
Como explica el Dr. Julián Conejo-Mir, Catedrático de Dermatología de la Universidad de Sevilla, Jefe del Servicio y Director de la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío y Presidente de Honor de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la diferencia entre el pelo de un caballo y el de una persona no solo consiste en el grosor y número de pelos por centímetro cuadrado. El cuero cabelludo humano tiene una serie de propiedades añadidas que la hacen muy diferente del resto del cuerpo (proporción de glándulas sudorales, glándulas sebáceas, bacterias, hongos, ácaros, etc.) y a todo esto se le añade un film lipídico especial, que en el ser humano tiene un pH muy ácido (pH 5.5), lo que hace imposible que crezcan en él bacterias y hongos. En el caballo esto es completamente diferente. Por tanto, un buen champú para humanos no debe alterar el pH, debe preservar el manto lipídico, no hace falta que tenga antiparasitarios, (mientras que el de caballo sí), etc.
La biotina, como reclamo
Por lo general, el principal reclamo del champú de caballo lo constituye su contenido en biotina. Pero, ¿es cierto que el champú de caballo consigue un rápido crecimiento, freno de la caída, mayor fortaleza, etc.?
A este respecto, el Dr. Julián Conejo-Mir apunta lo siguiente: “El boom del champú de caballo se ha producido en base a la biotina que contiene, pero esto no tiene justificación científica alguna que lo avale. Es puro marketing. La biotina es un derivado de la vitamina B. Para empezar, no existe ningún tipo de vitamina B que pueda ser absorbida por la piel, no penetran absolutamente nada, ya que son moléculas hidrofílicas (la piel es lipofílica) y además tienen un peso molecular alto, que las hace impenetrables. De otro modo, utilizaríamos todas las vitaminas en cremas y no las tomaríamos por vía oral”. Y añade: “Por otro lado, es muy difícil, por no decir imposible, que los champús consigan efectos terapéuticos (tales como aumentar el crecimiento del pelo, o algo también de moda, que tengan funciones de fotoprotección), puesto que se aplican durante unos segundos o minutos, y al enjuagar se eliminan de la piel y el cabello, terminando en muy corto tiempo su acción. Realmente, la biotina no llega a penetrar, no actúa sobre el crecimiento del pelo ni frena la caída. Si fuera así, la calvicie estaría solucionada con un champú de biotina.
¡Éste existe desde hace cuarenta años en la farmacia y no ha tenido éxito alguno!”.
¡Éste existe desde hace cuarenta años en la farmacia y no ha tenido éxito alguno!”.
Preguntamos al Dr. Conejo-Mir…
A. Entonces, ¿por qué su éxito? Por una simple característica que sí tiene
la biotina: es una molécula que tiene adherencia sobre el tallo del
pelo, aportándole brillo. ¡Ése es su gran y único efecto! Y esto es
difícil de conseguir con otras sustancias. El emulsionante que tiene
el champú lava y arrastra la suciedad y la biotina produce una
película brillante en el tallo. Ahí radica su éxito.
B. ¿Estamos, pues, ante una “moda” sin fundamento?
Es una moda, un buen producto de marketing. Respecto al uso en humanos del champú específico para caballos, muchos dermatólogos
hemos visto pacientes que han usado el champú con biotina de uso
veterinario en personas y tenían el cabello quemado, fragmentado y la
piel con dermatitis. Claro. No está adaptado al ser humano, ¡es para
caballos!
Es una moda, un buen producto de marketing. Respecto al uso en humanos del champú específico para caballos, muchos dermatólogos
hemos visto pacientes que han usado el champú con biotina de uso
veterinario en personas y tenían el cabello quemado, fragmentado y la
piel con dermatitis. Claro. No está adaptado al ser humano, ¡es para
caballos!